Los paneles solares, también conocidos como módulos fotovoltaicos, funcionan mediante el efecto fotovoltaico. Cada panel está compuesto por celdas solares, generalmente hechas de silicio, que capturan la energía de la luz solar y la convierten en electricidad. Cuando los fotones de luz solar golpean las celdas, liberan electrones en el material semiconductor, generando una corriente eléctrica que luego puede ser utilizada para alimentar dispositivos y sistemas eléctricos.

La instalación de paneles solares en tu hogar puede tener varios beneficios económicos. Estos incluyen la reducción significativa de la factura de electricidad, ya que estarás generando tu propia energía; la posibilidad de vender el exceso de energía a la red eléctrica (dependiendo de las políticas de tu país); aumentar el valor de tu propiedad; y en algunos lugares, acceder a incentivos fiscales y subsidios gubernamentales que pueden reducir el costo inicial de instalación.

Al elegir paneles solares, es importante considerar la eficiencia y la calidad de los paneles, así como la reputación del fabricante. En cuanto a la ubicación, debes tener en cuenta la orientación y la inclinación del techo para maximizar la exposición al sol. Un techo orientado al sur y con una inclinación adecuada generalmente es ideal para obtener la máxima captura de luz solar. Además, factores como la sombra, la obstrucción y la calidad de la instalación también deben ser considerados.

El mantenimiento regular de los paneles solares suele ser bastante sencillo. Se recomienda limpiarlos periódicamente para eliminar polvo, suciedad y hojas que puedan reducir su eficiencia. Además, es importante revisar si hay daños en los cables, conexiones y soportes. En general, los paneles solares tienen una vida útil de alrededor de 25 a 30 años, y la mayoría de los fabricantes ofrecen garantías de rendimiento durante ese período.

La net metering (medición neta) es un sistema que permite a los propietarios de paneles solares recibir créditos por la energía excedente que generan y vierten a la red eléctrica. Durante los momentos en que tus paneles solares generan más energía de la que consumes, esa energía se inyecta en la red y se te otorgan créditos. Luego, en momentos en que tus paneles no generan suficiente energía (como por la noche), puedes usar esos créditos para obtener energía de la red sin costo adicional. Esto puede ayudarte a maximizar los beneficios económicos de tu sistema solar.